Gatos: ¿mascotas o reyes?

Gatos: ¿mascotas o reyes?

El gato doméstico (Felis catus) es una subespecie del gato montés africano (Felis lybica). La relación entre gatos y seres humanos comenzó aproximadamente hace 10.000 años. Al principio se trató de una relación de mutualismo en que los gatos se vieron atraídos por la gran cantidad de roedores que se acercaban a los silos donde el ser humano almacenaba los granos; así los gatos tenían una fuente de alimento constante y los humanos conservaban sus cosechas. Por largo tiempo se pensó que la domesticación del gato comenzó en la isla de Chipre extendiéndose hacia otros lugares como China, sin embargo, investigaciones recientes sugieren que estos fueron procesos aislados, sin relación entre sí. El gato es un animal diseñado por la naturaleza para ser un cazador solitario y autosuficiente, por lo que sabe cuidarse de sí mismo. Esta premisa es la que hace que esta sea una especie cuidadosa, desconfiada y casi “paranoica” en lo que concierne a su autocuidado y protección. Se considera que la domesticación del gato es incompleta y en proceso, porque los gatos abandonados pueden adaptarse rápidamente a un estilo de vida salvaje. 


Los gatos fueron adorados por los egipcios, alcanzando inclusive condiciones de divinidad, fueron inmortalizados en el arte, la música y la literatura. Sin embargo, en otras culturas esta especie ha sido ícono de maldad, brujería y relacionada con entidades demoníacas. A su vez. La interacción de los humanos con animales ha sido variada a lo largo de su historia. De una relación basada en elementos utilitarios relacionados con la caza y la protección, ha pasado a ocupar múltiples escenarios en la vida de los humanos, siendo uno de los más importantes el de la interacción afectiva.


Todos quienes tenemos gatos como mascotas sabemos que entramos en una especie de trance en que no sabemos si ellos son nuestras mascotas o nosotros sus esclavos. Los gatos son individuos tercos, es cosa de intentar corregir algún comportamiento que consideramos inadecuado, ¿has tenido éxito?, ¿te hizo caso? ¿se enojó contigo? ¿se fue a esconder por la casa y no salió en horas? o ¿simplemente te ignoró por completo?. No te sientas mal, ese es el comportamiento habitual de un gato. Esta personalidad resulta muy atrayente para el ser humano, puesto que a pesar de que los gatos suelen manipularnos por así decirlo, es algo que aceptamos sin problema, nos levantamos de madrugada a rellenar sus platos de alimento, reparamos los artefactos que pudiesen romper, y le damos en el gusto en todo lo que podemos. 


Pero, ¿cómo poder resistirse a esas adorables caras, y sin hablar de la ternura de sus patitas, su ronroneo y sus cariños? Se ha comprobado que el ronroneo de un gato tiene efectos en nuestros cuerpos, esta vibración reduce nuestro estrés y ansiedad. En los hogares que tienen un gato como mascota las personas tienen menor riesgo de sufrir un ataque cardíaco, que aquellos que no comparten su vida con uno. También se ha demostrado que el ronroneo ayuda a disminuir la aparición y gravedad de las migrañas, sin contar que al sentirlo liberamos endorfina, la denominada hormona de la felicidad, que nos hace sentirnos más relajados y felices. Puede que esta sea una de las razones por las que estos animales nos intrigan tanto.


Desde hace miles de años el ser humano se ha visto atraído por esta especie, como mencionamos más arriba los egipcios tenían una conexión muy fuerte, los consideraban como los guardianes del mundo de los vivos y de los muertos. En la actualidad igual se les proporciona ciertas características del mundo místico, se dice que los gatos escogen a sus tutores, y que habitualmente llegan a nuestras vidas cuando estamos pasando por un mal momento, llegan para ayudarnos a superar las malas rachas. Además se les otorga la capacidad de eliminar las malas energías de nuestros hogares, funcionando como transmutadores de la energía. Debido a esto, es que en muchos países se sigue adorando a los gatos como una especie de talismán espiritual. 


De lo anterior no existe evidencia científica que lo compruebe, pero quién sabe, quizá haya algo de verdad en toda la mística que envuelve a esta especie. Como tutora de gatos sé que mi vida es mucho más alegre debido a su existencia, y personalmente creo que cada gato que se cruza en mi camino viene con una misión. Y ¿para ti? ¿Es una mascota o el rey de la casa?