Hoy tocaremos un tema poco conocido o poco hablado en el ámbito animal: el desgaste por compasión, este último concepto se define como el sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien, que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo. Por lo que el desgaste por compasión es el estado donde la energía compasiva que se gasta, sobrepasa la capacidad de recuperación de una persona, es el desgaste físico, emocional y mental que se da por la exposición progresiva y el trato con una persona o animal que tiene algún padecimiento, al brindarle apoyo y empatía. Es un concepto reciente que fue introducido en el año 1995 en el área de la salud humana por Charles Figley, quién observó que el personal de salud que trabajaba con personas traumatizadas en el área de la salud mental, con el paso del tiempo llegaban a experimentar de forma indirecta los efectos del trauma que padecían las personas a las que asistían o cuidaban. Aunque este es un concepto acuñado al ser humano, puede ser asociado al ámbito animal, lo pueden padecer personas que se dedican al rescate, recuperación y ubicación de animales heridos, abandonados y en malas condiciones, personas que pueden formar parte de una asociación animalista o también los médicos veterinarios.
Lamentablemente la cantidad de animales abandonados, en situación de calle, heridos o maltratados sigue siendo muy alta, si bien hemos avanzado en la temática de tenencia responsable de mascotas, la tasa de animales sin hogar es elevada. Estar en situación de abandono los expone a atropellos, frío, calor extremo, maltratos, hambre etc, debido a esto una cantidad no menor de personas escogen salvar y cambiarles la vida, pero la capacidad de ayuda es limitada. Muchas de estas mascotas necesitan cuidados médicos, cirugías, alimento y hogar, lo que conlleva un alto gasto económico, pero como siempre, los recursos son escasos. Si bien estas personas se las arreglan de una u otra forma para encontrar financiamiento no siempre lo logran, muchos quedan con altas deudas en clínicas veterinarias, y la presión para pagar se vuelve agobiante.
Otro aspecto es el cuidado propiamente tal, estos animales vienen con traumas, lo que hace que su cuidado sea difícil, pueden ser temerosos, esquivos, existen algunos que no están acostumbrados al trato con el ser humano, o bien, el trato que han tenido ha sido muy malo, lo que hace difícil que puedan confiar. Ganar su confianza conlleva tiempo, amor y mucha paciencia, pero por sobre todo tiempo. Además, una mascota necesita un espacio, un buen refugio, con dimensiones adecuadas, sin embargo, les puedo asegurar que una persona que rescata animales, no tiene solo uno, tiene muchos, lo cual también dificulta poder seguir ayudando a más mascotas. Otro aspecto a tomar en cuenta, es la baja tasa de adopción de estos animales rescatados, cuesta mucho encontrar un hogar idóneo, por lo que las mascotas pasan mucho tiempo en hogares temporales o con las mismas personas que los rescataron, esto hace que baje la capacidad de ayudar a otro animal que lo necesite.
Existe un grupo distinto de personas que pueden sufrir este síndrome, que son los médicos veterinarios, esta es una profesión que trabaja constantemente con la muerte y el sufrimiento animal, el realizar una eutanasia es un momento fuerte y desgastante emocionalmente, si bien esta el consuelo de que se realiza con el fin de terminar con el sufrimiento de un animal, no quiere decir que sea sencillo hacerlo. En la clínica se ven constantemente casos de maltrato, de abandono. Son muchas las mascotas abandonadas en las clínicas, las cuales pasan a ser su hogar, pero la capacidad de ayuda tiene un límite.
Cuando ya se llega al límite, emocional, financiero y energético, ¿qué se hace? ¿Qué haces cuando ya no puedes salvar a otro animal porque tu capacidad no da? ¿miras hacia otro lado? ¿te haces insensible al sufrimiento de otro ser vivo? todas estas preguntas te aseguro que han pasado por la mente de muchas personas, y el cuestionamiento reiterado lleva al desgaste por compasión.
Existen síntomas que nos pueden ayudar a identificar si sufres de esto, o si un familiar o amigo cercano lo padece. Puede presentarse agotamiento crónico, insomnio y otros síntomas somáticos. La tristeza, la apatía, el cinismo, la frustración y las respuestas cargadas de juicios de valor pueden convertirse en la norma. Se muestran signos de depresión y ansiedad. Otro factor indicativo de desgaste por compasión consiste en aislarse de los demás y perder la capacidad de disfrutar de actividades que antes resultaban placenteras.
- Físicos: cansancio crónico, agotamiento, insomnio, dolores y molestias (cefaleas, tensión muscular), síntomas digestivos.
- Emocionales: tristeza, apatía, cinismo, hipersensibilidad emocional, frustración e irritabilidad, depresión, ansiedad, culpa, exceso de criticismo, cambios de humor, ausencia de alegría, mala concentración, alteración de la memoria y automedicación con alimentos y alcohol.
- Sociales: aislamiento, desinterés o pérdida de la capacidad de disfrutar de actividades que antes se consideraban placenteras.
- Laborales: evitar o temer trabajar con determinados pacientes, reducción de la productividad, aumento de los errores cometidos, malestar, insatisfacción laboral, disminución de la eficacia en el trabajo.
- Espirituales: dudas existenciales.
Lo primero para poder tratar este síndrome, es conocer de qué se trata, saber que existe, identificar sus síntomas y cómo reconocerlos. Luego de esto, es esencial buscar ayuda psicológica, estos profesionales son los indicados para enseñarnos las formas adecuadas para poder sobreponerse a estas sensaciones desagradables. Algo sin duda que ayuda son los períodos de descanso, y sobretodo hablar con nuestros cercanos o con alguien con quién sientas que te puedas sincerar, lo que expresas te libera, te ayuda a disminuir la carga, te puedo asegurar que no estás solo, y que somos muchos los que hemos sentido esta frustración de no poder hacer más por ayudar a alguna mascota que lo necesite.
Deseo de todo corazón que algún día no veamos más animales abandonados en las calles ni maltratados y que la ayuda de personas maravillosas que dedican su vida a la recuperación ya no sea necesaria.